Miguel el Sorel nos ha dejado

Elegiste el día de la Virgen para irte. Y quisiste hacerlo por sorpresa, sin ruido, escapándote al abrigo de una de esas noches de Agosto, preludio de las Fiestas que tanto amabas.

Pero nadie quería dejarte ir. No sin despedirte.

Y así, con el rojo estandarte mireno a tus pies, pobre réplica del nombre de la Comparsa que llevas grabado a fuego en el corazón, recibiste la despedida y el abrazo de todo un pueblo.

Pero te echaremos de menos, Miguel. Y lo haremos cuando aprobemos las actas en las que faltará tu verdad vehemente y sincera. Notaremos la falta de tu risa socarrona y de tu mirada pícara en cualquier lugar donde haya dos mirenos juntos. Pero sobre todo, notaremos el vacío de tu figura en todas las mañanas de los 7 de Septiembre por venir, mientras apoyabas ambas manos sobre la culata del trabuco y tu rostro traducía la emoción de la rueda del volante. ¡ Cuánto te echaremos de menos !

Aún recuerdo tu cara en la Plaza del Carmen aquella madrugada inolvidable del 10 de Septiembre, cuando en el Anuncio del Centenario veías desfilar la Historia viva de nuestra Comparsa. Esos mirenos ilustres, con nombres de leyenda que a buen seguro te han recibido con los brazos abiertos, con los honores debidos a quien ha impreso su propio sello a nuestra centenaria historia.

Y este año, estaremos atentos, pues a buen seguro que apenas despuntar el alba en la mañana del siete, acudirás, allá donde estés, guantes, caja y trabuco en ristre, a rendir homenaje a quien siempre fue tu faro y tu guía, tu queridísima Virgen de Gracia con cuyo nombre honraste a tu propia hija.

Querido Miguel, Capitán Mireno, fue un honor compartir contigo trabajos y alegrías, sueños y devociones.

Que se templen los trabucos y que suene alto “Los Soreles”, que pasa Miguel…, ¡ Miguel el Mireno !.

Jose Luis Trespalacios