II Encuentros Nacionales de Comparsas y Filaes, Contrabandistas, Bandoleros, Andaluces y Mirenos

II_encuetros_imagen

II_encuetros_imagen


 

     Cuando en la noche del 3 de Junio de 2006 se realizaba, de forma solemne, el traspaso de Ontinyent a Caudete, el observador poco informado podría pensar que aquel era el comienzo de un proyecto ilusionante y magnífico. Y digo que se equivocaría, porque aunque el proyecto era éso y, probablemente, mucho más, nada más lejos de la realidad que el pensar que en aquel momento estaba comenzando algo, pues por entonces, ya hacía mucho tiempo que lo que había sido sólo una idea, había ido tomando cuerpo para saltar al primer plano de la realidad durante la espectacular celebración de los I Encuentros Nacionales en Ontinyent.

     Pero el secreto del inicio de esta aventura está, posiblemente, en el corazón de dos bandoleros ilustres, responsables, tanto de la idea inicial, como de la ejecución de las ediciones de Ontinyent y Caudete. Nos referimos, claro está, a Pepe Bas y a Antonio Requena. Es en su talento y en su capacidad donde hemos de buscar los cimientos de la sensacional aportación que han supuesto los Encuentros Nacionales.

     Pero si importantes fueron las instituciones, tanto o más lo fueron las personas.

     Desde un principio fueron muchas las voluntades que, sin vacilar, empujaron con fuerza para llevar la nave de los II Encuentros a buen

   puerto, y hemos de decir, que jamás encontramos una sóla puerta cerrada cuando llamamos pidiendo cualquier tipo de ayuda. Lamentablemente nunca dispondremos de los datos exactos, pero de una manera u otra, la inmensa mayoría de la población de Caudete participó, directa o indirectamente en la planificación y exitosa (creemos) ejecución de los II Encuentros Nacionales. Aunque me consta que el resultado final ya fue un premio para todos, sirvan estas líneas para reconocer su generosidad y su entrega.

     Decíamos que todo comenzó cuando entre abrazos Pepe Bas hizo entrega al Presidente de la Comparsa de Mirenos de Caudete, Antonio Amorós, de la escultura en bronce que quería simbolizar el espíritu único del Bandolero en la Fiesta de Moros y Cristianos.

 

img1


     Pero en realidad, la Comparsa de Mirenos se enfrentaba a un reto aún mayor. En 2007, la Comparsa iba a celebrar, como la ocasión merecía, el I Centenario de su creación, y la organización y celebración de los II Encuentros era uno de los actos centrales de un programa denso y ambicioso.

     Es por ello, que podemos decir, que es en la madrugada del 10 de Septiembre de 2006 cuando los II Encuentros Nacionales son presentados ante la Comparsa y ante Caudete.

     Pasaban muy pocos minutos de las 6 de la mañana, cuando en el Anuncio del Centenario, realizado en la Plaza del Carmen de Caudete, se anunciaba el compromiso que la Comparsa de Mirenos, y por ende, toda la villa de Caudete asumían.

     El texto literal fue el que sigue:

“En el mes de Agosto del próximo año, tendrá lugar en Caudete otra ocasión singular. Nuestra Comparsa y nuestro pueblo serán anfitriones de los “II Encuentros de Comparsas y Filaes de Contrabandistas, Bandoleros, Mirenos y Andaluces . Es muy cierto que Onteniente, población anfitriona de la I Edición dejó el listón muy, muy alto. Pero no nos cabe la menor duda de que los caudetanos en general, y los Mirenos en particular, sabremos mostrar al mundo festero cómo hacemos nosotros las cosas, y haremos gala de nuestra célebre hospitalidad con nuestros amigos festeros de toda España. Será una ocasión irrepetible para dar a conocer a nuestro pueblo y a nuestra fiesta. Y ya desde hoy mismo queremos agradecer vuestra colaboración, porque si hay algo de los que estamos seguros es que sois gente con la que se puede contar. ”

img2


 

img3      Así, en unas breves líneas, y en medio de un sinfín de sensaciones, se sellaba con la Comparsa y con Caudete el compromiso adquirido. Fue aquella madrugada una ocasión absolutamente memorable, grabada a fuego para siempre en la conciencia colectiva de la Comparsa. Quizá fue el momento exacto en que la Comparsa de Mirenos asumió su capacidad y su madurez, y decidió mostrarla al mundo festero. La unánime decisión de acoger los II Encuentros era la muestra palpable de una confianza en nuestras propias capacidades, a las que pondríamos a prueba en las, por entonces lejanas fechas, del 31 de Agosto y 1 de Septiembre del año siguiente, 2007. 

img4


 

     Pero, y como vamos a mostrar a continuación, los preparativos arrancan mucho antes. Las siguientes imágenes corresponden a las dos primeras actas de la Comisión del Centenario, en donde, como puede verse, ya se da arranque a la organización de los II Encuentros.


img5


img6


 

     Como puede comprobarse, la nominación de Antonio Requena como responsable de la organización del I Centenario y, por añadidura, de los II Encuentros, se realiza en Diciembre de 2004, y la reunión inicial de la Comisión creada al efecto, data del verano del 2005.

En el acta nº2, fechada el 17 de Julio de 2.005, podemos comprobar que ya se esbozan por parte de Antonio Requena algunos de los actos que habrán de organizarse, y cómo, de forma específica, se nombra la preparación del desfile y ponencias para los II Encuentros.

En la cena de clausura de los I Encuentros, y conforme al acuerdo reflejado en el acta nº 1, se procedió a la presentación y proyección del vídeo promocional sobre Caudete, del cual se incluye la versión íntegra en el DVD que acompaña a este libro.

El logotipo de los II Encuentros Nacionales, obra del autor caudetano D. Miguel López Tomás y seleccionado en el concurso celebrado al efecto, representa al número 2, correspondiente a la edición de los Encuentros, ataviado con el pañuelo bandolero, sobre el perfil de la muralla y cúpula de la Iglesia de Santa Catalina de Caudete.

De forma simultánea, se eligió como logotipo del I Centenario, el que es obra de D. Iván Amorós Navarro, que representa los 100 años de la Comparsa como los ojos de un rostro de Mireno.

Ambos logotipos acompañaron ya todas las publicaciones y actos relativos al I Centenario y de los II Encuentros.

 

 

img7

img8

 


    Llegados a este punto, la Comparsa ya se había dotado del equipo humano necesario y se había planteado los objetivos a cumplir. Para ello, la Comisión del Centenario, a propuesta de Antonio Requena, acordó, nombrar Presidente de los II Encuentros a D. Miguel Requena Solera. Ahora sólo quedaba lo más fácil: Llevarlo todo a cabo.

Es importante reseñar que un conjunto de proyectos tan ambicioso como el que nos ocupa, no permite abordar cada evento de manera aislada y atenderlo en función de la cronología de los actos. Bien al contrario, todos y cada uno de los actos a celebrar fue organizándose de forma simultánea desde un principio, atendiendo además, no sólo a los problemas logísticos, sino también, a su dotación económica. Ello obligaba a que el ritmo de reuniones se fuese intensificando conforme el calendario avanzaba en su marcha implacable, con el inevitable cosquilleo en el estómago cuando sientes que te va a faltar tiempo, dinero, o ambas cosas.

Y aunque dinero no sobró, la sensación de apremio en ocasiones fue mucho más estresante. Pero llegamos a tiempo.

En Febrero de 2007 se editó y distribuyó un boletín informativo en el que ya se daba cuenta de las fechas previstas para todos y cada uno de los actos que iban a poblar el calendario festero de ese año. Amén de la programación, en dicho boletín, enviado a todas las escuadras y comparsas contrabandistas,

se daba la relación y forma de contacto con hoteles y organizaciones de interés para quien deseara quedarse durante todo el fin de semana de los Encuentros.

     En el editorial de dicho boletín ya se menciona expresamente la necesidad de la organización de disponer de la mayor cantidad posible de información acerca de nuestros futuros invitados. Huelga decir que a 24h del inicio de los Encuentros los teléfonos seguían echando humo tratando de confirmar todos los extremos del evento, pero también es cierto que si no estuviésemos haciendo cosas a última hora, en algún modo, dejaríamos de ser fieles a nuestra más honda tradición.

     En el boletín ya se anunciaba que el 25 de Marzo de 2007, Domingo, se realizaría la APERTURA DE LOS II ENCUENTROS, con la presentación del cartel oficial de los mismos.

      Y casi sin darnos cuenta, ( o sí… ), allí estábamos.

     La mañana del 25 de Marzo apareció radiante, como dando la bienvenida a tantos y tantos amigos. 

      A eso de las 9 de la mañana, y por espacio de una hora, recibimos a cuantos representantes de las poblaciones participantes pudieron acompañarnos. Desayunamos juntos y a continuación, pasamos a informarles de la evolución de los preparativos, así como de las localidades y fechas en que se realizarían las reuniones comarcales.   

     En dicha reunión, celebrada en la sede de la Asociación de Comparsas de Caudete, ya podía palparse la sensación de que algo grande se avecinaba.

 

 


img9


img10


img11


 

     Desde la sede de la Asociación, todoslos asistentes nos dirigimos al Auditorio Municipal de Caudete, donde a las 12.30h se procedió a la solemne Apertura de los II Encuentros Nacionales.

     Conducido el acto por D. José Luis Trespalacios, se procedió en primer lugar a la presentación del CARTEL OFICIAL DE LOS II ENCUENTROS, obra del autor Ximo Úbeda, y que representa, en el marco de la Plaza de la Iglesia de Caudete, el fluirdel color de las escuadras bandoleras enmarcadas por los estandartes de las localidades participantes, que son recogidos por las manos abiertas y la música festera. El mismo motivo ocupará, como veremos más adelante, la portada del CD de música festera
“ REENCUENTROS ”

img12

 

 

img13


 

     D. Francisco J. Domenech Mira realizó ante un abarrotado auditorio un esbozo de la que sería su ponencia en el ya próximo Congreso.

img14

     En el libreto que se repartió a los asistentes al acto, y cuyas portada y contraportada vemos reproducidas en la página anterior, se incluyó un prólogo del propio ponente, y que rezaba así:
     “El imaginario popular, en lo que se refiere a la figura arquetípica de Mireno el Bandolero, cuenta ya con una amplia gama de referencias que, en su inmensa mayoría, proceden del mundo de la Literatura. A través de diversos textos, un amplio público de lectores y/o de espectadores, pudo conocer y apreciar los hechos que se atribuían a nuestro emblemático personaje. Mireno nace sin duda de la ficción pastoril. Los mejores ingenios ingenios, los letrados más inteligentes, los más grandes poetas de los siglos XVI y XVII, sintieron la fascinación por evocar la naturaleza.

      Les seducen las humildes riquezas pastoriles, la existencia apacible que el campo promete al sabio, las frescas florestas cutos encantos se celebran en verso o en prosa. Un único personaje encaja con este universo de tonalidades delicadas: el pastor de la Arcadia. Ser fundamentalmente lírico, el pastor canta la pasión amorosa, sus alegrías tan breves y sus lentas melancolías. El pastor gusta de contar sus amores, confiar sus penas a amigos elegidos, que le contestan con cantos alternos.

     De esta naturaleza es el primer Mireno en el tiempo que retrata Luis Gálvez de Montalvo, cuyo Pastor de Filiada apareció en Madrid, en 1582. Mireno resulta ser pariente de la pastora Elisa y de su padre, el viejo Sileno.

     La cercanía de Gálvez de Montalvo al mundo creado por Sannazaro, Montemayor o Gil Polo, no impidió, sin embargo, que Cervantes publicara tres años más tarde su primera obra extensa. La Galatea ( Alcalá de Henares, 1585 ), hito inicial en su largo recorrido de más de treinta años de actividad creadora. Casi cincuenta pastores pueblan el libro cervantino; uno de ellos será Mireno, el eterno enamorado de la pastora Silveria, cuyo matrimonio con Daranio provocará el delicado lamento de nuestro pastor.

     Idéntica fascinación de neófito sintió Lope de Vega por el universo bucólico de los pastores, en lo que fue su primer tanteo novelístico. La Galatea ( Madrid 1598 ), un título que sin duda no ocupa en su obra total un puesto de mayor importancia.


     El autobiografismo de que se rodea a los amores desdichados del pastor Anfriso, nombre arcádico que recibe Don Antonio de Toledo, bisnieto del Gran Duque de Alba, Don
Fernando, a cuyo servicio estuvo consagrado Lope hasta 1595, no enmascara este barajar de anécdota y poesía. En este continuado ejercicio el idilio amoroso del Pastor Mireno no es sino una referencia, más bien lejana e híbrida, que interactúa con el hilo argumental y donde se alternan las principales influencias de Sannazaro, Montemayor, Gil Polo y Gálvez de Montalvo.     Con el inicio del siglo XVII, se advierte la proyección de Mireno hacia otros territorios temáticos conexos, un tanto alejados del Universo refinado de lo bucólico. En este sentido, en 1604 Lope despliega su maestría para la narrativa con El Peregrino en su Patria, un magnífico ejemplo de “novela griega” o “bizantina”, cuyo héroe se sale de la horma pastoril, para inscribirse en el linaje de los peregrinos de amor, en la misma línea que lo hacen el “peregrino” de las Soledades de Góngora ( 1613 ) o el “peregrino andante” del Persiles de Cervantes ( 1616 ). Este Mireno de Lope de Vega regresa de nuevo al cosmos de lo pastoril de la mano de si idilio amoroso con la pastora Lucrecia.

     El salto a las tablas de la comedia nueva, que sepamos, lo lleva a efecto fray Gabriel Téllez, Tirso de Molina, autor en primer término de una estupenda miscelánea en prosa. Los cigarrales de Toledo, texto escrito en 1621 aunque impreso en 1624, uno de cuyos personajes más caracterizados será, de nuevo, Mireno, en quien se inviste el inquieto Don Dalmao. Pero sin duda una de sus obras maestras es El Vergonzoso en Palacio ( hacia 1612 – 1615 ). Magnífico ejemplo de comedia de asunto palatino, en la pieza de Tirso, se contemplan los complejos amores entre Magdalena,

  hija del duque de Avero, y Mireno, hijo del pastor Lauro, amigo del pastor Tarso, criado por Lauro, campesino llegado a la Corte y muy pronto promovido al cargo de secretario de dicha Dama. La diferencia de sus diferentes condiciones sociales, los pone en la obligación de inventar nuevos modos de  hablar, expertos en el arte de  decir sin decir, en la utilización del lenguaje del cuerpo, que encubren un excesivo pudor o un injusto temor. Juntos esultan dignos de la recompensa final: La hija del duque de Avero puede desposarse con Mireno, que ignoraba ser hijo del duque de Coimbra y que se beneficia de la recuperación de su progenie. Nada apunta aquí, desde luego, a los recios fieros de Mireno el bandolero, que caracteriza a nuestra acotación escénica y que procede enteramente de la primera parte de El Lucero de Caudete Nuestra Señora de Gracia, un drama compuesto por un ingenio anónimo hacia las décadas centrales del siglo XVIII.

     No sabemos si la obra pudo ser efectivamente llevada a las tablas en su totalidad, a la vista de la inusual extensión que alcanzaba el libreto original, así como las evidentes complejidades técnicas que se pueden apreciar en su escenificación o si, por el contrario, requirió también que su representación se ajustara a unos límites más estrechos. Como sea, lo evidente es el propósito de recuperar con este acto uno de los aspectos más caracterizados con que la Villa de Caudete celebra, al menos desde 1617 la festividad religiosa de Nuestra Señora de Gracia. Consistía en la representación dramática de la historia milagrosa de la ocultación y la pérdida, con el posterior hallazgo de las Sagradas Imágenes de la Excelsa Patrona y San Blas Obispo, en la así llamada

 

 


 

partida de los Santos donde, según estima una persistente tradición local cuyas raíces se remontan en el tiempo, se alza el actual eremitorio, extramuros de la población.

     La primera secuencia de la acotación nos sitúa en el monte en torno a Caudete. Aparece Mireno en escena. Antes, en una escena previa, han dialogado fray Rodulfo y el hermano Clemente sobre el terrible personaje: Mireno es un “tirano” e “infiel”, un “hombre endemoniado”; es el “escándalo de la tierra”, un “homicida”, en fin, un “hombre que no ha sido bueno / ni espera serlo en su vida”, que “aun no lloró cuando niño”. A altas voces interpela a dos de los suyos y les da instrucciones para que con sus escuadras de bandoleros ocupen los puestos de las serranías y caminos que conducen hasta Caudete. Y pues que hoy la villa y sus vecinos pretenden asistir a los cultos con que se celebra la festividad de la sagrada imagen de la Virgen de Gracia, él mismo anuncia sus designios terribles: “He de hacer (…) que no logre ninguno su contento”. Aún más pretende: verter con sus propias manos la sangre de su hermano, don Gonzalo de Lara, el gobernador de Caudete, asesinar a los monjes venidos del cercano convento donde se rinden cultos a María Santísima de Gracia, “porque son a mi gusto tan contrarios”, e incendiar seguidamente el recinto sagrado del cenobio, violentando así toda ley humana y divina.

     La segunda escena comprende un extenso pasaje de la primera jornada que tiene como protagonistas a Mireno y un Correo que se dirige hacia Valencia con varios pliegos de cartas. En el ágil diálogo que envuelve a los personajes, el anónimo autor busca esta vez plasmar por boca del Correo el fuerte contraste con Don Gonzalo: él es “muy galán, muy cortesano / y muy grande limosnero”, frente a la “infernal

furia” que conceptúa a Mireno. En este aspecto, el bandolero dejará amplia  constancia de la violencia que preside su vida airada, ordenando a dos de los suyos que arranquen la lengua al Correo por maldicente y empleen su sangre como tinta para escribir una carta.  Ciertamente se trata de una escena terrible en su crueldad pero ahora se rodea de notas humorísticas que alivian la tensión dramática.

     De nuevo sólo en escena, Mireno revisa la correspondencia que portaba el correo. Únicamente dos cartas, una dirigida a Valencia, y otra a su hermano don Gonzalo de Lara, remitida por fray Ruperto, abad de Sahagún, en tierras de Castilla. En ella le informa cómo el Conde Don Julián ha traicionado a su legítimo rey don Rodrigo, franqueando las puertas del Reino visigodo de Toledo a los moros del Africa, y lavar así, “con sangre de cristianos la mancha que en su honor echó la miserable Florinda”. Urge pues que comunique estas noticias a los frailes del convento de Caudete, para que no tarden en buscar refugio seguro en las montañas de Asturias. La escena se concluye rápidamente con la aparición de un nuevo bandolero que anuncia a Mireno la necesidad de rendir ayuda urgente al valiente Cloridiano, que está siendo atacado por un escuadrón cristiano de Yecla, Almansa y Chinchilla.

     Nuevo salto en la primera jornada de El Lucero de Caudete. La personalidad de Mireno ha sido fuertemente impresionada por el martirio que ha infligido al pastor Leriano, al que ha despeñado de la montaña abajo. Una suerte de meditatio mortis, entendida muy al modo barroco, se impone en la conciencia de Mireno, abriéndole el camino

 


 

del arrepentimiento: “que era hombre… que había de morir y no sabía el cuándo o cómo. Que viese que era polvo y vil gusano, y que era a Dios eterno al que ofendía, que le había de dar cuenta algún día hasta del pensamiento más liviano”. Y a la reflexión trascendente le sucede la tensa escena entre el Hermano Clemente y el todavía irredento Mireno. Ni siquiera las palabras de amenaza o los gestos hostiles del motilón parecen finalmente afectarle en su determinación homicida. Así sucede en la escena siguiente, cuando Mireno trata de atentar contra su hermano don Gonzalo a traición, mientras el gobernador de Caudete reza fervorosamente en la capilla de Nuestra Señora de Gracia. “… estoy de furia lleno y nada me causa espanto”, dirá entonces el frustrado fraticida, mientras la mano de la Virgen, por milagroso modo, desvía el disparo de la pistola de Mireno. La visión de María Santísima de Gracia pone fin a la primera jornada. Ella es el auténtico reparo de Mireno. Lo ha sido hasta entonces entre él y su hermano don Gonzalo; desde ahora, Ella lo será entre Mireno y su Hijo, a condición de que haga penitencia, de
que sus obras no desdigan sus palabras, un nuevo Saulo.
     De esta suerte aparecerá pues Mireno en la escena que abre la segunda jornada en la acotación escénica. Su indumentaria, el crucifijo que Mireno porta en las manos muestran a un hombre ya centrado en la vivencia de la eternidad: sus lágrimas, el arrepentimiento por haber vivido tan corta vida hacen que toda su existencia no sea otra cosa que una petición de misericordia al Señor. Ni siquiera sus antiguos compañeros de fechorías lo reconocen vestido de esa guisa cuando con la sola convicción de las palabras liberta al Clérigo que aquellos conducen maniatado para morir en el monte.
A él, por último, confiesa Mireno los hechos atroces de su vida esperando la absolución.

     Los acontecimientos, mientras tanto, se están acelerando, precipitándose hacia el previsto fin. La tercera jornada de la Primera Parte de El Lucero de Caudete nos sitúa ya ante la arenga de Don Gonzalo a los valientes capitanes y soldados que defenderán los muros de la Villa ante el asalto cercano de los sarracenos. Mireno irrumpe entonces en escena con la espada desnuda, tratando de avisar a los cristianos de la inminente llegada de los invasores africanos:  “¡Guerra! ¡Guerra!, ¡Cierra España!”. La escena siguiente nos devuelve al campo de batalla, al temerario reto personal de Mireno y Tarife. Un duelo que en la versión que presenta la acotación escénica queda truncado de toda alusión teológica, para centrarse únicamente en el combate caballeresco de dos adalides. Mireno resulta herido mortalmente.

     En sus últimos instantes de vida puede pedir perdón a su hermano Don Gonzalo, también herido en el combate. Antes de expirar, sólo alcanza a pedirle que entierre su cuerpo “en aquel dichoso templo, / donde está la Imagen Santa / que yo perseguí algún tiempo”. En tanto que se oyen en las cercanías las voces del trinufo de los partidarios de Mahoma, Don Gonzalo realiza el entierro de Mireno que ha ganado, al fín, “de mártir palma y trofeo”.

Francisco J. Domenech Mira
Caudete, Marzo de 2007

 

 


img15

     La representación de la acotación escénica corrió a cargo del experimentado grupo de teatro de Caudete “Alácera”, quien realmente deleitó a la concurrencia con una interpretación sólida y sentida. El incuestionable éxito de la representación quedará grabado en la propia crónica festera que, literalmente, cita: “ El domingo 25 de Marzo se procede a la Apertura del II Encuentro de comparsas y filaes de Contrabandistas, Bandoleros, Andaluces y Mirenos, con la representación del fragmento relativo a Mireno de El Lucero de Caudete, con una magnífica representación a cargo del grupo local de teatro “Alácera”, en el marco del Auditorio Municipal, y gran asistencia de público”.      A continuación, reproducimos íntegramente la Acotación Escénica de “El Lucero de Caudete”, obra anónima en la que se contienen los Autos de Nuestra Señora de Gracia, realizada por D. José Cremades Bañón, para la representación de la obra en el Cuarto Centenario ( 1988 ).

img16


img17


img18


img19


img20


img21


img22


img23


img24


img25


img26


img27


img28


img29


img30


img31


img32


img33


img34


img_35


img_36


     Seguidamente se cita de manera integra, la crónica de la apertura de los II Encuentros, realizada por Pablo A. Bañon Navarro.

     CRÓNICA DE LA APERTURA DE
LOS II ENCUENTROS

Seis meses habían pasado desde aquel 10 de septiembre en el que se iniciaba el Primer Centenario de la Comparsa de Mirenos. Seis meses de preparativos, reuniones, de un enorme esfuerzo y trabajo que comenzaba a florecer con la llegada de la primavera. El tiempo, caprichoso, parecía devolver de nuevo a Caudete a tan dichosos momentos, y en la mañana del 25 de marzo las miradas de los mirenos, mejor, de todos los festeros, se imbuían otra vez de ilusión, porque ya nadie dudaba de que el camino en el que se habían internado al final del verano no haría sino depararles nuevas alegrías.

 

 

img37

 

 

Ahora, la celebración se abría a toda la comunidad festera. Un año atrás, la Comparsa de Mirenos había recogido el testigo para la celebración de los II Encuentros de Comparsas y Filaes de Contrabandistas, Bandoleros, Andaluces y Mirenos de la vecina localidad de Ontinyent, que había impulsado y desarrollado su creación.

     Eran las nueve de la mañana de un domingo claro y tranquilo, de esos que quieren apartar de nuestra memoria la soledad invernal. Una multitud llenaba cada rincón del local de la Asociación de Comparsas: gentes
venidas desde toda la geografía festera charlaban, compartían opiniones y reían unidos en torno a un mismo tema, la Apertura de los II Encuentros de Contrabandistas, Bandoleros, Andaluces y Mirenos. Jóvenes mirenas ofrecían a los visitantes la mejor sonrisa en su recibimiento, al tiempo que les colocaban el pin con el logotipo de la celebración, que los convertía en protagonistas del día. Nadie parecía extraño, ajeno, todos participaban de un mismo sentimiento; más que encuentro,
era un reencuentro. En torno al rico almuerzo preparado para el evento, los saludos, las miradas cómplices y satisfechas se entrecruzaban, asentían  henchidas de orgullo cuando era el interrogante futuro el que se colaba en las conversaciones. Un poco más tarde, reunidos en una Mesa Redonda, los principales implicados en el proyecto discutieron y trataron aquello que debe acontecer a lo largo de los próximos meses.     No podía faltar la música: la banda de la Sociedad Unión Musical Santa Cecilia amenizó con pasodobles el trayecto hacia el Auditorio Municipal, y más de uno quiso imaginar que septiembre no estaba tan lejos; que, por qué no, rodeados de tanto festero (de Caudete y de fuera, pero festeros todos) podrían adelantar en su interior los sentimientos que meses más tarde habrían de materializarse. Música, fiesta. Imposible separarlas, difícil paladear una sin la otra cuando de Moros y Cristianos se trata… ¿Cómo disfrutar de una película sin banda sonora?

     El paseo desembocó en el Auditorio,  convertido en el centro de los festejos el día de la Apertura de los Encuentros. El aforo estaba completo: no había asientos vacíos, pues los caudetanos habían respondido otra vez, y ya van varias, al deseo de quien quiere mostrar a los visitantes que Caudete es, ante todo, un pueblo acogedor, que siente cada momento, que se alimenta de todo el cariño que es capaz de ofrecer.

    Una película, creada especialmente
para el evento, consiguió acercar Caudete a las gentes de Ontinyent, de Villena, de un sinfín de lugares unidos en torno a un personaje: bandolero, contrabandista, andaluz, Mireno. Pudieron contagiarse del optimismo de un pueblo que mira al futuro, pero que carga en su haber, con orgullo, todos los pormenores del ayer. Era Marino Escudero Vila, mireno, el que desgranaba para los curiosos cómo es nuestro pueblo, por qué ha recogido con satisfacción el guante que supone la organización de los II Encuentros.

     Y cuando cayó un fondo negro, que aceleró los corazones palpitantes, la música descendió, se coló en el oído de todos. Una melodía latente en el interior, dormida cerca de los sueños, y una voz, un presentador, que se fundía con las sonrisas del público. Ambos, la fanfarria olímpica de John Williams y José Luís Trespalacios, forman ya parte del recuerdo colectivo, merced a su facilidad para incrustarse en la sima más impenetrable de nuestra alma. A ella llegaron en el Anuncio del Centenario de la Comparsa de Mirenos, y echaron hondas raíces que
sólo germinan bajo el riego generoso de las lágrimas.

     La locución fue ágil, ligera pero trascendente, y en ella fue

 


 

descubriendo uno a uno todos los detalles de los II Encuentros. En el escenario, cercana al presentador, se encontraba la escultura en bronce de Montes, que Ontinyent había cedido a Caudete, y que presidiría en adelante todos los actos a celebrar.

Instantes después, fueron pasando por el atril las distintas autoridades congregadas en el auditorio. Primero, el Presidente de la UNDEF, Francisco López, que se mostró seguro de la capacidad organizativa de los caudetanos. Tras él, Antonio Amorós Caeróls, Presidente de la Comparsa de Mirenos, uno de los motores de esta celebración, a la vez que máximo “culpable” del auge y la ilusión en que vive sumergida la comparsa desde hace algunos años.

José Luís dio paso al Presidente de los II Encuentros, Miguel Requena Solera. Éste se sinceró como mireno de corazón, como alguien celoso del lugar que ocupa en su memoria la manta y el trabuco y brindó una calurosa bienvenida a todos los que, con su presencia, habían contribuido a embellecer un poco más Caudete.

img38

 

 


 

     El turno correspondía ahora a las autoridades municipales. Comenzó la Concejala de Fiestas, Isabel Sánchez, que se descubrió mirena por encima de cualquier  otro sentimiento, dando muestras de su condición festera durante su alocución. La ausencia del alcalde de Caudete, Vicente Sánchez Mira, por problemas ineludibles de agenda, fue suplida por la teniente de alcalde y concejala de Obras y Urbanismo, Concepción Vinader, que explicó el momento actual que vive el pueblo, con todas sus bondades y proyectos para un futuro que se augura prometedor.

     El centro de atención se trasladó del oído a la vista, de la voz a la magia de los delicados trazos con que Chimo Úbeda Vidal, bandolero de L’Olleria, había logrado reunir el espíritu de los II Encuentros. Este cartel, ya desde entonces carta de presentación para el público, sintetizaba un claro mensaje: por un lado, la hospitalidad de Caudete, representada por dos manos abiertas, que quieren recibir la manta que tejen todas las poblaciones; por el otro, la diversidad del sentimiento bandolero, contrabandista, andaluz o mireno, que se vuelve unidad en la fiesta. El público, cómo no, agradeció a su autor el esfuerzo, y reconoció lo acertado de su idea, la delicadeza en la realización.

     De la pintura se volvió a la palabra. Francisco Domenech Mira realizó un amplio recorrido por el eco de la figura del bandolero en nuestra literatura. Entusiasta de la historia y la literatura, reunió ambas, y nos trasladó con acierto el fruto de un largo estudio que seguro será parte importante de las conferencias relativas a estos Encuentros. Esbozó algunas de las claves de la acotación escénica que posteriormente se iba a representar, referida a Mireno el Bandolero, de El lucero de Caudete; adelantó varias de las frases más

  bellas que aquel genio anónimo del s. XVIII nos legó, para orgullo nuestro. La representación corría a cargo del grupo local de teatro “Alácera”, dirigido por Francisco Grande, que cuenta entre sus miembros con muchos integrantes del grupo de embajadores de los Episodios Caudetanos. Aunque no profesionales, en todas sus actuaciones nunca les ha faltado el calor del público, merecido, y siempre han derrochado ilusión y energía para saber agradecérselo.

     Y allí nació una figura. Muchos ya la conocían, pero los más jóvenes nunca habíamos podido palparla. Un nuevo Mireno que emergía de las raíces, profundas; pese a ello, el fondo, la razón de su lucha era la misma: defender hasta el final, con entrega y pasión, lo más cercano, su pueblo.

     Este Mireno era un converso, perseguidor de religiosos y gente honrada en su origen, y con un hermano al que odiaba por justo. Pero tuvo que cegarse ante el amor para que toda la violencia que encerraba su corazón desapareciera. Sólo volvió al furor de la guerra cuando vislumbró olvidada la imagen de la Virgen, la más bella que guardaba en su memoria. Erguido ante la muerte, pudo resarcir la última pena que atormentaba su interior. Sin más fuerza ya que la fraternidad, obtuvo el perdón de su hermano, se llevó con él los placeres de quien sabe que muere cuando todos sus males han curado.

     Su íntimo final alumbró un rumor que crecía en el escenario. Emoción. Calidad. Orgullo. Y los tres juntos viajaron hasta los oídos de los actores, que obtuvieron del público un aplauso tan sincero como perenne, broche de preciosistas bordados para una    mañana  que  crecerá   en   el

 


 

recuerdo desde la apertura hasta el cierre de estos Segundos Encuentros.
     Tomó la palabra el presidente de los I Encuentros, Pepe Bas, feliz de que la idea que habían iniciado en Ontinyent fuera continuada con tanta dedicación y esmero por los caudetanos. Acto seguido, Antonio Amorós proclamó oficialmente inaugurados los II Encuentros de Contrabandistas, Bandoleros, Andaluces y Mirenos. Era la culminación del esfuerzo, pero a la vez el inicio de un acontecimiento que se dilatará en el tiempo hasta el próximo septiembre.     Sólo quedaba la comida de hermandad, el último repaso a una densa mañana de felicitaciones, promesas y agradecimientos. Y en todos los que asistieron, un mismo deseo: acortar el tiempo, acercar para sí el último fin de semana de agosto, volver a Caudete y comprobar que las promesas muchas veces se cumplen. Era el momento de comentar, agradecer… y estrechar las manos en una sincera despedida, que no era un adiós, sólo un cómplice hasta luego.

 

 

Pablo A. Bañón Navarro

 

 


A continuación, la gran mayoría de los  asistentes al acto se dirigió a la Sala de la Asociación de Comparsas, donde tuvo lugar una comida de hermandad que puso punto y final a la que resultó ser magnífica apertura de los II Encuentros.

     La promesa de reencuentro en el mes de Septiembre se extendió como aceite sobre agua, de asistente en asistente, de festero en

representativos de las mismas, pero la enormidad de la logística necesaria, y la premura de tiempo a esas alturas, hizo que se desechase la idea, no por inadecuada, sino por irrealizable. Queda pues ese desafío pendiente de mejor ocasión, pues sería sin duda extraordinario contemplar cómo a partir de una idea única, la estética ha seguido rumbos diferentes prácticamente en cada localidad.
img39
festero, de bandolero a bandolero. Siguiendo con el programa previsto,
el 19 de Abril llegaba el turno de la “Exposición Antológica de Trajes de Mirenos”, que se realizó en la Sala de Exposiciones de la Casa de Cultura de Caudete, y se prolongó hasta el día 6 de Mayo de 2007.     Llegó a debatirse en el seno de la Comisión, la posibilidad de solicitar a las escuadras y comparsas de otras localidades, la cesión para la exposición  de  trajes
Cabe decir desde la organización, que esta exposición fue uno de los actos más complejos en su planificación y ejecución. Pese a que no se encontraron problemas en cuanto a la cesión de los trajes, sino todo lo contrario, resultaba ser una enorme responsabilidad tutelar unas prendas de gran valor en lo económico, e incalculable en lo emotivo, pues en la mayor parte de las ocasiones, se trataba de trajes que habían sido traspasados
de generación en generación, siendo imposible incluso la datación exacta en muchos de ellos.

img40
Reproducimos a continuación el texto
original que acompañaba al díptico que se reproduce junto a estas líneas: 

“EXPOSICIÓN DE TRAJES ANTIGUOS”

 

     Dicen que el hábito no hace al monje…, pero eso no siempre es cierto.

     La Fiesta, con mayúscula, ha desarrollado, a través de sus muchos años de Historia, toda una liturgia destinada a dar apariencia a lo que, en el fondo, es un modo de sentir, y por lo tanto, de vivir.

     Y en ese permanente deseo de dar la máxima brillantez a cada acto de las Fiestas, la indumentaria es el pasaporte con que el festero entra de lleno en ella.

Parafraseando a Gracia en su Pregón del Anuncio del Centenario…

     “…un traje, qué digo un traje,… ¡El Traje!, sale cada 5 de Septiembre de su armario, de su baúl, donde ha dormido todo un año con los recuerdos de tantas Fiestas, para tomar el protagonismo que por derecho le pertenece.

     Una chaqueta, un chaleco, camisa y lazo; la canana con algún pistón que tuvo que esperar mejor oportunidad. Un pantalón bordado con las marcas de muchas batallas incruentas cubierto por las revueltas de una faja que pagará en arrugas el ardor de cinco días.Polainas que dejan entrever franjas del color del amanecer en ese primer tiro en la Cruz…Y un pañuelo bien anudado bajo el calañés, ese calañés que el tiempo y tú habéis moldeado.”


Y es entonces, sólo entonces, cuando
proclamas orgulloso lo que todos saben: Eres Mireno.     Es por eso un honor mostrar la Historia de nuestra Comparsa a través de las más preciosas de nuestras pertenencias. Cada traje expuesto tiene una historia, alegre o triste, pero siempre hermosa que contar.

     Son todos los que están, pero sin duda no están todos los que son. Cada Mireno y, por tanto, cada traje, han tenido y tienen algo que aportar a nuestra centenaria Historia. Pero son muchas las historias, muchos los
trajes y poco, muy poco, el espacio disponible.

     Cada traje expuesto tiene un motivo por el que estar aquí. A veces, por ellos mismos. En otras ocasiones por sus propietarios, y en otras, por las circunstancias que les acompañaron.

     Sirva en cualquier caso esta exposición de homenaje a tantos y tantos trajes que, sin la menor duda, merecerían estar aquí.

     En la Exposición podrán ver algún
traje cuya historia es aún más larga que el propio Centenario que celebramos. Otros que tuvieron el privilegio de arropar a algunos de nuestros más ilustres Mirenos. Y otros, en fin, que añadieron un toque singular e su momento.

     Notará el visitante que “la moda”
poco o nada ha podido con la tradición, y que algún traje “centenario”, bien podría el próximo día 7 acompañar a Nuestra Señora, sin que nada, salvo los achaques propios de la edad, lo diferenciara de sus compañeros. Porque en realidad, estos     trajes     están     hechos

a base de ilusión, y ese es un material que resiste muy bien las acometidas del tiempo.

     Animamos pues al visitante a que contemple la Historia con nuestros ojos. A que se sumerja con nosotros allá donde arrancan nuestras emociones. A que contemple a aquéllos que ya no están pero que dejaron una huella imborrable e imperecedera.

     Un siglo de Historia a través de nuestras más preciadas joyas.

 

     Que lo disfruten.”

 

     Resulta obvio que el texto desprende a partes iguales orgullo y admiración. Admiración por las cosas bien hechas y orgullo por, de alguna manera, poder pertenecer a
algo que nos trasciende a nosotros mismos.

     La exposición, como no podía ser de otro modo, resultó un extraordinario éxito, y puede decirse que todo Caudete, amén de
muchos visitantes, contempló nuestra historia plasmada en aquellas bellísimas telas.

     Reproducimos a continuación, para el observador curioso, el diseño original de la tarjeta que contenía la descripción de cada traje, así como uno de los listados originales, en Excel, de las piezas contenidas en la Exposición. 

 


img41


img42


     La exposición resultó un éxito tanto para el público como para la organización, pues todas las piezas expuestas pudieron ser devueltas a sus propietarios sin el más mínimo desperfecto, motivo éste de gran preocupación desde un principio.

     Y bien, el calendario seguía con su andar perezoso pero inalterable. Se avecinaba uno de los momentos cumbres en los 100 años de Historia de la Comparsa.

     Era el 20 de Abril de 2007, cuando el Sr. Alcalde de Caudete, D. Vicente Sánchez Mira, y el Presidente de la Comparsa de Mirenos, D. Antonio Amorós Caerols, cortaban la cinta inaugural de la flamante Sede Social de la Comparsa.

     No procede en esta crónica pormenorizar el duro y esforzado trabajo que ha supuesto poder llegar hasta este punto, pero sí cabe decir que la celebración de los II Encuentros Nacionales hubiera sido difícilmente realizable sin este nuevo edificio.

     Al mismo día siguiente de su inauguración, más de 600 Mirenos y amigos tuvimos la oportunidad de probar su capacidad, en una cena de hermandad que nos llenó a todos de confianza y optimismo para lo que se avecinaba.

     El tiempo, y los nervios seguían corriendo. El mes de Mayo, y más concretamente sus sábados, fueron dedicados a informar, mediante las reuniones sectoriales celebradas en Torrent, Almoradí, Villafranqueza, Cocentaina, Villena, Elda de los pormenores y detalles de la celebración, cada   vez   más   próxima, de los    II    Encuentros

     Cabe decir que los esfuerzos de la organización por obtener confirmaciones de asistencia y avances del probable nº de participantes en cada acto, resultó, como suele ser habitual, infructuoso. Es parte de nuestro carácter la improvisación, y lo cierto es que, aunque la voluntad de asistencia de la mayoría era clara, el obtener información acerca de cuántos y cómo, resultaba complicadísimo en la mayoría de las ocasiones

img43

img44

img45


img46
     Satisfechos de comprobar que la infraestructura estaba preparada para acoger a   tantos amigos, llegó el momento de la música.

     El Viernes 22 de junio de 2007, a las 22,30 h, y en la Plaza de Toros “ Las Arenas ” de Caudete, tuvo lugar el llamado “ Concierto del Centenario ”, a cargo de la Banda Sociedad Unión Musical Santa Cecilia, dirigida por el maestro D. Jorge A. Colom Muñoz, con un programa consistente en la interpretación completa del CD “REENCUENTROS”, grabado especialmente con ocasión de los II Encuentros, y cuyo título alude, de forma clara al disco editado en los I Encuentros de Ontinyent, y que fue titulado como “ENCUENTROS”.

     Reproducimos a continuación los textos originales de la presentación

incluida en el díptico, así como del guión original del acto:

     “Reencuentro con la música. Música de un reencuentro.

     La Fiesta es cambiante. Puede mostrarse en mil lugares y tener mil rostros. Cambian las personas, muta el paisaje, varían los recorridos e incluso los actos y las tradiciones.

     Sólo la música permanece, y sólo ella, tanto da que al brioso compás del pasodoble que al cadencioso son de la marcha mora, la identifica y la hace reconocible. Sólo con oir las primeras notas en un garaje, en una plaza, la Fiesta se hace presente y el festero se siente en casa. Es la trascendente e imperecedera unión de festero y música lo que da a la Fiesta su carácter universal e inmortal.


     Así, como la banda sonora de la película de nuestros momentos más felices, la música se derrama en cada recuerdo, en cada oración, en cada promesa, quedando unida para siempre a nuestras más entrañables experiencias.

     Esta es la música de un reencuentro. Recopilada unas veces, recuperada otras o compuesta ex profeso, toda ella es un homenaje a los amigos que han querido honrar a Caudete y, sobre todo, a la Fiesta, participando en los II Encuentros Nacionales de Comparsas y Filaes de Contrabandistas, Bandoleros, Mirenos y Andaluces. Gracias a todos por dejarnos una parte de la alegría de vuestros corazones y permitirnos compartir el entusiasmo que derrocháis a cada paso.

     A vosotros, que lo habéis puesto todo, os damos la música, para que ella os transporte hasta Caudete una y mil veces en brazos de un recuerdo que, pretendemos, sea imborrable.

     Que sea nuestra Banda Unión Musical de Caudete quien la interpreta no es una casualidad. Ellos, mejor que nadie, saben imprimir en cada nota el aliento de un pueblo, Caudete, perdidamente enamorado de sus tradiciones. Sólo ellos podían encerrar en estas composiciones una parte de nuestra
propia alma para que el visitante se la lleve consigo. Gracias.

     Bandoleros, Contrabandistas y Andaluces: las calles de Caudete serán vuestras durante unas mágicas horas. Nuestra amistad será vuestra para siempre, y éste es su sonido…” Como hemos podido comprobar en el texto, pese a la denominación de “Concierto del Centenario”, tanto la grabación, como el concierto de presentación, están plenamente dedicados a los II Encuentros.

     Como hemos podido comprobar en el texto, pese a la denominación de “Concierto del Centenario”, tanto la grabación, como el concierto de presentación, están plenamente dedicados a los II Encuentros

 

img47

 

img48

 

img49


Pasemos ahora a reproducir el que fue el guión original del acto, conducido por José Luis Trespalacios:

GUIÓN DEL CONCIERTO DEL CENTENARIO CAUDETE, 22 DE JUNIO DE 2007

  Permítanme que les cuente algo que muy pocos saben. Un secreto que hemos conseguido mantener con mucho esfuerzo durante los últimos meses. No sé si debería contarlo, pero…., en fín, ahí va.

    Este año, 2007, la Comparsa de Mirenos cumple un siglo. Ya lo he dicho.

     Ah, ¿ Ya lo sabían ?…, Bueno, está visto que en este pueblo las noticias corren como la pólvora…, y conste que de eso, de pólvora, también entendemos un poco.

     Bromas aparte, muy buenas noches a todos y bienvenidos a este “ Concierto del Centenario “ que pretende ser un punto de encuentro, de reencuentro, mejor dicho, con todos aquellos amigos que sienten de verdad la Fiesta, sólo si están debajo de un calañés.

     En los actos de conmemoración de nuestro Centenario, ya hemos rendido homenaje a nuestros Mirenos de hoy y de ayer, a nuestros trajes y distintivos, a Nuestra querida Patrona, y hoy, esta noche, es el turno de la Música.

     Son muchos los elementos que conforman la Fiesta. Y prácticamente la totalidad de ellos cambian, o han cambiado con el lugar y el tiempo. Cambian los trajes, cambian los actos, cambia, incluso el objeto de devoción. Sólo una cosa no cambia. La Música. Tanto     a      que    estemos    en Onteniente que en Almoradí. En L´Ollería que en Villafranqueza, hoy, hace 10 años o hace 50, la música es sólo una.  

  Y bastan unos pocos compases para que un bandolero haga bailar una navaja, y las escuadras, las filás comiencen su eterno y mágico desfile.

     Le hemos llamado Concierto del Centenario, pero bien podríamos haberle llamado Concierto de los Encuentros…, incluso de los Reencuentros, pues esta noche son muchos los amigos que nos acompañan que también estarán con nosotros ese esperadísimo último fin de semana de Agosto en el que celebraremos los II Encuentros Nacionales de Comparsas y Filaes de Contrabandistas, Bandoleros, Andaluces y Mirenos. Gracias a todos por acompañarnos. Deseamos de corazón que os sintáis como en casa, porque en verdad, lo estáis.

     El programa de ésta noche lo componen un total de 10 composiciones. Algunas de ellas van a sonar esta noche por vez primera
en directo, pero todas ellas están incluidas, junto con algunas más en el CD conmemorativo que bajo el título de “ Reencuentros “, está ya, desde esta noche a disposición de todos, por el módico precio de 10 euros. No te puedes quedar sin él…  

    Y hablar de la música en Caudete es hablar, cómo no, de nuestra Banda. Podríamos desglosar ahora el impresionante currículum de nuestra Sociedad Unión Musical “ Santa Cecilia “, en sus más de 120 años de existencia, pero no lo creo necesario. Su calidad técnica y artística viene refrendada por los innumerables premios y reconocimientos que ha venido cosechando a lo largo de su más que centenaria historia. Pero permítanme decir que eso ya no nos sorprende.


     Nos hemos acostumbrado a su buen hacer. Lo que nos sigue emocionando es comprobar el amor, la ilusión, la entrega que sus músicos regalan en cada pasacalles, en cada procesión,…, en cada concierto. Amor que ya inculcan desde el principio en su Banda Juvenil y su escuela de Música, y que va llegando hasta nosotros año tras año, generación tras generación. Es para todos nosotros un verdadero placer y un honor extraordinario tener hoy y siempre una selección de músicos, y sobre todo, de personas de auténtico lujo, como son las que componen la Sociedad Unión Musical Santa Cecilia de Caudete. Muchas gracias por estar, pero sobre todo, muchas gracias por ser exactamente como sois.

     Gracias también al actual director tanto de la Banda Unión Musical, como de la Banda Infantil, D. Jorge Colom Muñoz, quien ocupa el cargo desde Octubre del año 2000 y que, al igual que la Junta Directiva de la Sociedad, siempre han brindado con generosidad su colaboración, su apoyo y su afecto a esta Comparsa.

     Gracias igualmente a José Manuel Requena Olivares, de nuestra Sociedad Unión Musical y a Pedro Angel López Sánchez, director de la Banda de Villena quienes se han ocupado brillantemente de todo lo relativo a
la Música desde la Comisión del Centenario de la Comparsa. Sin ellos, este Concierto y el CD que hoy presentamos, no habrían sido posibles.

     Y por supuesto, gracias a nuestro Ayuntamiento y a su concejalía de Fiestas que, como siempre, han estado a nuestra disposición para cuánto hemos podido necesitar.

     Y aunque él no lo sabe, y sé que no le va a gustar, quiero, en mi nombre y en el toda la Comisión del Centenario, dar las gracias a mi amigo del alma, Antonio Requena Solera, uno de los tres mejores mirenos que conozco, por ser el motor y el alma de todo  este follón en que nos hemos metido los del Centenario. Pese a las dificultades y a los disgustos. A pesar de los errores y siempre inconformista con los éxitos, siempre está ahí, a disposición de todos los Mirenos, incansable y cabezón como sólo un “Sorel” puede serlo. Ésto también va por tí, Antonio.

     Bien, vamos a ir terminando, porque si no, al final, más que el concierto del centenario va a parecer el concierto del peloteo. Es broma, nada hay más justo que reconocer el esfuerzo, y les puedo asegurar que todos y cada uno de los nombrados se ha merecido no una vez, sino cien, el pequeño reconocimiento de esta noche.

     El Concierto va a dividirse en dos partes, de cinco obras cada una y un pequeño descanso de unos quince minutos entre ambas.

Antes de cada pieza, yo mismo les contaré brevemente el título, autor y alguna otra cosilla de la misma.

     Lo hemos preparado con todo el cariño del mundo y sólo deseamos que les guste…., y si además compran el disco, pues mejor que mejor.

 


 

Comenzamos:

     1.- FANFARRIA PARA UN CENTENARIO

     Esta composición es obra del Maestro Alcoyano D. José Mª Valls Satorres, compositor de reconocido prestigio y de una obra tan extensa como premiada.

     Hemos de agradecer públicamente el más que generoso gesto que tuvo el Maestro al regalar esta composición a nuestra Comparsa con motivo de nuestro I Centenario. Gracias Maestro.
     Para todos Vds., Fanfarria para un Centenario, de D. José Mª Valls Satorres.

     2.- OLÉ CONTRABANDISTAS
Pasodoble dedicado a Miguel Angel Sanchís Murcia y a Alberto Marrahí Estalrich, Capitán y Embajador cristianos de la filá contrabandistes
de Albaida del año 2006.

     El autor, natural de Atzeneta de Albaida desarrolla en esta composición una buena muestra de su enorme talento que le hace estar entre los más reconocidos compositores de la actualidad.

     3.- JUANITO “ EL JARRY “

En asuntos festeros, Murcia, como Albacete, también existe. El autor es D. Ignacio Sánchez Navarro, de Caravaca de la Cruz, y el título hace referencia al Caballista del año 2003 de la misma localidad. Otras composiciones destacadas del autor son Rifeño, Templarios de Caravaca, Orgullo Santiaguista o Caballeros de Navarra.

    Oigamos pues, Juanito “ El Jarry ”, de D. Ignacio Sánchez Navarro.

     4.- MI MANOLÍN
Con este pasodoble no nos movemos de casa. Lo encargó Antonio Solera para su amigo Juanma Arellano, y fue compuesto por José Manuel Requena Olivares. Me consta que todos vuelven a estar aquí esta noche.Juanma es otro de los tres mejores mirenos que conozco; pocas personas viven el sentimiento
festero con la intensidad y la devoción con que él lo hace, y como capitán del 2.007 me consta que va a vivir emociones tan intensas como sólo un Mireno de pura cepa puede hacer.

El estribillo alusivo a la Zarzamora es un guiño a una historia antigua que algunos conocemos, y que José Manuel Requena, con el conocimiento de los herederos del Maestro Quiroga, ha sabido trasladar a la partitura con natural maestría.

Amigo Juanma, es justo que después de dar tanto a tu Comparsa, hoy te devolvamos algo. Con todo nuestro cariño, por ti, por Rosario, por Manuel y por Regina, la Banda Unión Musical Santa Cecilia interpreta “ Mi Manolín ”, de Juan Manuel Requena Olivares.

5.- ALMA GITANA
Pasodoble de aire andaluz compuesto en 2005 por D. Miguel Angel Más Mataix, natural de La Canyada. Es decir, como se dice aquí, de “ La Cañá ”.

Esta obra resultó premiada con un áccesit tras votación popular en el VI Consurso Nacional de Música Festera que organiza la Asociación de Moros y Cristianos

 


 

     “ Sant Blai” de Altea. Será difícil que no nos contagiemos con la alegría y la fuerza que des prenden sus notas. Para Vds., “ Alma Gitana
“.
     Nuestros músicos son buenos, muy buenos…, buenísimos…, pero lo que no son es …. Incansables, así que vamos a darles un respiro y en eso de unos 15 minutos volvemos a la carga.

     6.- FIEL MIRENO
Este pasodoble forma ya parte de la pequeña gran Historia de este Centenario. Se estrenó por la Banda Unión Musical en aquella mágica madrugada del pasado 10 de Septiembre, cuando todos los Mirenos nos sentimos uno sólo y como uno sólo saludamos este primer siglo de existencia.

     El maestro Ignacio García Vidal encontró desde el popular “ güi, güi, güi, los de Caudete… “ encontrar el camino para enlazar pueblo y Fiesta como la unidad que de hecho son. ”

     El título, elegido por votación popular es ya parte de nuestro patrimonio, como todas y cada una de sus notas. Les invito a volver hasta aquel limpio amanecer del día más Mireno para oir de nuevo “ Fiel Mireno ”, de Ignacio García Vidal.

     7.- MIRENA
Este es un pasodoble del año 1.999 dedicado a Mónica Albertos Herrero, miembro de nuestra comparsa y compuesta por Pedro Ángel López Sánchez, el joven director de la Banda de Villena y, como ya se ha dicho, apreciado componente de la Comisión del Centenario.

     De nuevo aires andaluces y un regalo para nuestros oídos.

8.- DE MAÑANA EN CAUDETE
Pertenece esta obra a la extensa creación de D. Juan Angel Amorós, quien fue director de la Sociedad “ La Armonía ” y, posteriormente de la Banda Municipal de Caudete.

El autor, entre otras obras, de “El Caudetano” regaló esta composición a la Comparsa de Mirenos quien la luce en su patrimonio con orgullo.

Es un placer presentarles “ De Mañana en Caudete ”, obra y regalo de D. Juan Angel Amorós.

9.- PAQUITA CANTOS
De nuevo, al igual que la Fanfarria del Centenario, este pasodoble es obra del maestro alcoyano D. José Mª Valls Satorres. Está dedicado por José Luis Trespalacios a su mujer Paqui Cantos. ¿ Cómo les explico yo quiénes son estos dos ?

A ver, ella es de La Torrecica, hija de Pascual y Brígida. Va a ser Capitán de la Comparsa en el 2008 y tienen dos hijas, Helena y Paula que serán Dama y Volante…. Venga vale, es mi mujer y el pasodoble lo encargué yo por mediación de mi amigo Antonio Solera.

Mirena por devoción y convicción, no le he visto más tristeza en el rostro que aquella mañana de un 7 de Septiembre en que, por motivos de estudios tuvimos que dejar a su querida Virgen en la Cruz y partir hacia Alicante.


     Por eso, por haberme inculcado a mí, a un forastero el amor por tu pueblo, tus tradiciones, tu Virgen y tu Comparsa, de mí para ti, para todos, “ PAQUITA CANTOS ”, de D. José Mª Valls Satorres.

 

     10.- PACO MATAIX
     Cuentan las malas lenguas que, pese a estar dedicado, como su nombre indica, a Paco Mataix, cabo oficial de nuestra comparsa hermana de los Contrabandistas de Villena, va a ser ésta la primera vez que el pasodoble se interprete en un concierto. ¿ Es cierto Paco ?
     Bromas aparte, esta obra del año 2004 fue compuesta por D. Antonio Milán Juan y va a tener el privilegio de cerrar este magnífico concierto que de corazón esperamos hayan disfrutado.

 

     La Sociedad Unión Musical “ Santa Cecilia “ de Caudete, dirigida por el Maestro Jorge Colom Muñoz, interpreta para todos nosotros “ Paco Mataix ”.

ENTREGA DE LOS CUADROS DE ANTONIO A JUAN FRANCISCO CARRIÓN, PRESIDENTE DE LA UNIÓN MUSICAL Y A D. JORGE COLOM MUÑOZ, DIRECTOR DE LA BANDA.

CIERRE POR EL PRESIDENTE DE LA
COMPARSA

     La noche resultó ser magnífica en lo climatológico y en lo artístico, y como de música estamos hablando, nada mejor que oír “Reencuentro” para dar el auténtico valor del trabajo realizado. Queda pues, para los bandoleros del futuro

     Quedaban un par de actos, muy importantes para la Comparsa, por estar relacionados con nuestro Centenario, antes del gran fin de semana. La Gran Cena de Gala y la Misa de Acción de Gracias a Nuestra Señora la Virgen de Gracia.

img50

     Mientras los actos del Centenario discurrían cargados de emotividad, el momento cumbre se antojaba inquietantemente próximo.     

     El mes de Agosto de aquel año fue un mes de teléfono y nervios. Constantes llamadas a todas las localidades festeras para ir ajustando al máximo las previsiones de un aluvión de visitantes ansiosos de Fiesta.

img51

     Nuestros amigos de Ontinyent lo saben y, a estas alturas, me temo que Monforte lo sospecha. Sin duda se organizan constantemente eventos de mucha mayor complejidad que el que nos ocupa, pero nuestro amateurismo e inexperiencia hicieron que las dificultades se multiplicaran por mil.

 


 

     Confirmar congresistas, escuadras, autoridades, acompañantes, protocolo, acreditaciones, visitas turísticas, alojamientos, horas de llegada, aparcamientos, distribución, regalos conmemorativos, ponencias y comunicaciones, comensales, televisiones,…, y bandas de música, muchas bandas de música…, nos parecía una tarea imposible de culminar con éxito.
LISTADO CONGRESISTAS INSCRITOS
img52

img53

img54

img55

img56
     Pero al igual que en la representación de Romeo y Julieta de la película  “Shakespeare in love”…, todo salió bien. ¿ Cómo ?.., nadie lo sabe…, es un misterio.

Bromas aparte, sí lo sabemos. Salió bien porque, a la hora de la verdad, todo
aquél a quién se le pidió ayuda, la brindó de buena gana. Al igual que Mireno, en nuestros Episodios Caudetanos, acudió a defender la Villa, toda la Comparsa, y todo Caudete arrimó el hombro cuanto fue necesario para que todo saliese como salió.

Y llegó el día. O mejor dicho, la noche. Exactamente la noche del 31 de Agosto de 2010. La sensación en los organizadores era contradictoria. Por un lado, ya se había hecho todo lo que había que hacer y creíamos que todo estaba aceptablemente bajo control. Por otro lado, los nervios inevitables al desear que todo saliese bien, que no pasara nada malo, y que el tiempo y la suerte nos acompañase.

     De la cuestión meteorológica ya se ocupaba a Agencia Española de Meteorología, y nos prometía un fin de semana inmejorable. Para los terrenos mundanos contábamos con un numerosísimo equipo listo para cualquier contingencia. El asunto de la suerte lo dejábamos en las mejores manos encomendándonos a la Virgen de Gracia.

En esas disquisiciones andábamos cuando, casi sin darnos cuenta, nos convertimos en un pueblo de pescadores. Sí, barcos y marineros en Caudete, para sorpresa de muchos y regocijo de todos.

El contrabando de Ontinyent, con el barco dels mariners abriendo camino, enfiló la caudetanísima calle de El Molino, agrupando así en curiosa simbiosis el lugar donde se molía el cereal con la barca que cosechaba en la mar.


     El numerosísimo público que acompañó el contrabando hasta su “desembarco” en las mismas puertas del Ayuntamiento, daba fe de la expectación que se había despertado. Calculado premeditadamente, se trataba del fin de semana inmediatamente anterior a las Fiestas caudetanas, por lo que el ánimo ya se encontraba templado y dispuesto.

img57

 

Nada importaba que las arengas fueran hechas en valenciano, pues la Historia y la lengua de Caudete también se han forjado en los mismos cimientos, y al final, los trabucos cantaban su canción en el internacional idioma de la Fiesta, que todos compartimos.

 

Entre desafíos y desplantes mutuos, los actores del hermoso contrabando de Ontinyent  nos   llevaron   en     volandas

hasta la Plaza de la Iglesia, perfectamente engalanada como en las solemnes representaciones de nuestros Episodios Caudetanos.

img58     Suele estar llena la Plaza de la Iglesia cuando se representan, en los días de Fiestas, los Episodios Caudetanos, pero lo de la  noche del 31 de Agosto, como dicen ahora los jóvenes, no era un lleno, sino lo siguiente. Hubiesen hecho falta 3 Plazas de la Iglesia para acoger a todos los que querían asistir a la representación.

De esa forma, y en torno a las 22,00 horas, dio comienzo la representación especial de las Embajadas de Cocentaina, Monforte
del Cid y Caudete, que fueron previamente presentadas para poner en situación al público asistente.

 


 

img59 img60
     EMBAJADA DE COCENTAINA
img61
EMBAJADA MONFORTE DEL CID


img62
EMBAJADA MONFORTE DEL CID
img63

img64 img65
EMBAJADA DE CAUDETE
img66

     Fue sin duda una ocasión singular, pues lo es el asistir a tres embajadas tan diferentes de forma consecutiva, comprobando, una vez más, cómo la Fiesta tiene matices diferentes en cada población, producto de la idiosincrasia particular de cada localidad.

El éxito fue pleno. Las notas humorísticas se manifestaban en las continuas carcajadas de los asistentes, mientras que los momentos de tensión dramática cubrían de expectante silencio a toda la plaza.

Cerró la representación el fragmento relativo a la conversión y muerte en la defensa de la Villa de Mireno el bandolero, parte central del acto primero de los Episodios Caudetanos que se representa cada día 7 de Septiembre en el mismo marco de la Plaza de la Iglesia, y que da origen y motivo a la Comparsa de Mirenos.

Reproducimos a continuación el texto,
que fue representado por:

•Mireno …………….. Daniel Huesca
•Gobernador…….. Marino Escudero Vila
•Mala-cara………Juan José Francés Belda.

 

img67

 

 

img68

img69

img70

img71

img72

img73

img74

img75

img76

img77

     Satisfechos con el magnífico espectáculo, una gran mayoría de los participantes se dirigió de nuevo a la sede social, donde desde el patio trasero contemplaron un estupendo castillo de fuegos artificiales.

La lógica imponía que, dado que el siguiente iba a ser un día físicamente muy exigente, era hora de irse a descansar, pero, contra dicha lógica, fue posible ver a numerosos grupos de visitantes y locales, dispersados por los pubs de Caudete hasta muy altas horas de la madrugada. Al fin y al cabo…, un día es un día.

Y amaneció, como cualquier otro, el día 1 de Septiembre. Pero no era ése en absoluto un día más. Era el día.

La recepción de participantes e invitados estaba prevista a partir de las 8.30h, para proceder al desayuno y entrega de credenciales. Y a la hora prevista, la Comparsa de Mirenos estaba lista. Todo el mundo tenía asignada una misión, y estaba listo a cumplirla con el mejor de los ánimos.

Cada grupo de visitantes tenía asignados voluntarios  de    la Comparsa

de Mirenos que serían sus guías y anfitriones durante toda la jornada. Se les identificaba fácilmente por sus camisetas blancas y sus pañuelos rojos al cuello. Cada pañuelo rojo ya se había puesto en contacto con el grupo al que debía de acompañar, de modo que multitud  de  “citas a ciegas”  fueron concretándose desde las primeras horas de la mañana

img78

img79

img80      Entre ensaimadas, cafés y acreditaciones,acompañados de las autoridades municipales y festeras, y guiados por la Banda Unión Musical, nos dirigimos al Auditorio Municipal para dar comienzo, a eso de las 10 de la mañana, a las sesiones de trabajo del Congreso.

Una vez constituida la mesa, D. Francisco Domenech Mira presentó la primera

img81
     Aunque ya se ha dicho en numerosas ocasiones, es de Ley destacar una vez más el papel principal que los “Pañuelos Rojos” desempeñaron. Gracias a ellos, la organización pudo dedicar todos sus esfuerzos a la logística, sabiendo que nuestros amigos y visitantes estaban perfectamente atendidos. No se trata sólo de lo que hicieron, sino de cómo lo hicieron. Nos consta que, gracias a ellos, todos nuestros visitantes se sintieron verdaderamente en su casa. img82

ponencia, “El Bandolerismo en el contexto histórico”, rigurosa, certera y documentada como en él es habitual. Este fue el texto íntegro de la misma.

img83

Sr. Alcalde; Sr. Presidente de la UNDEF; Sra. Presidenta de la “Asociación
de Comparsas” de Caudete; Sr. Presidente de la Comparsa de Mirenos; Sr. Presidente de estos Segundos Encuentros; Sres. Congresistas y acompañantes; amigos todos:

Constituye para mí un privilegio auténtico abrir las sesiones de trabajo de estos “Segundos Encuentros de Comparsas y Filaes de Andaluces, Bandoleros, Mirenos y Contrabandistas”, que tan magníficamente estamos celebrando en la villa de Caudete, con ocasión de los actos conmemorativos del primer Centenario de la “Comparsa de Mirenos”.

La ponencia que pretendo desarrollar
lleva el ambicioso título de “El bandolerismo y su trasfondo histórico (siglos XVIXVII)”. En ella trataré de acercarme, siquiera de manera somera, al rico panorama historiográfico que compone la problemática bandoleril española en las precitadas centurias.

 

Seguidamente, intentaré el rastreo documental de las huellas que el fenómeno dejó en nuestra comarca en época moderna. Por último, cerraré mi intervención recordando como historia y ficción a menudo se complementaban en la literatura del Siglo de Oro, al perfilar el prototipo del bandolero.

1.-El bandolerismo es un fenómeno característico de las épocas en crisis. Fernand Braudel, en su obra clásica El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, así lo consideraba; y a este respecto, escribe: “Ante todo”, el bandolerismo es una suerte de “revancha contra los Estados organizados, defensores del orden político y, también, del social”. Alzado contra los poderes públicos, el bandolerismo, al menos en el siglo XVI, se aloja siempre en las zonas más débiles de los Estados. En las montañas, por ejemplo, donde las tropas no pueden maniobrar con toda su fuerza y donde el Estado pierde sus derechos. Y también, a veces, en los confines, en las zonas fronterizas del Mediterráneo. Así, sucedía a lo largo del país dálmata, entre Venecia y Turquía; en la vasta región limítrofe de Hungría; en Cataluña, en
la región pirenaica colindante con Francia; en Messina, Sicilia, que también era una frontera, pues que se trataba de una ciudad libre, que brindaba entonces un verdadero refugio a los contraventores de la ley; en los alrededores de Benevento, dominio pontificio, enclavado en el reino de Nápoles, por
donde se podía pasar de una jurisdicción a otra, burlando a los perseguidores; entre el Estado Pontificio y la Toscana de los Médicis;
entre Milán y Venecia; o en fin, sin pretender resultar ahora exhaustivos, entre Venecia y los Estados hereditarios de los archiduques de Austria.

 


 

A la base de la problemática bandoleril, encontramos casi siempre, como ha señalado con precisión Pastor Petit (El bandolerismo en España, 1979), múltiples motivaciones que, en términos generales, ayudan a explicar la génesis de este fenómeno histórico; entre otras:

La presencia de una orografía, muy montañosa y, por lo tanto, propensa a las emboscadas y los ataques por sorpresa.

La existencia de zonas geográficas extremosas o excéntricas, en una dialéctica que opone el centro y la periferia.

La carencia de reformas agrarias. El atraso en múltiples aspectos socioeconómicos, con sus correspondientes secuelas de depauperación e ignorancia. La ausencia de un cuerpo coercitivo eficiente.

Las crisis periódicas o épocas de malestar.

Con todo, conviene aclarar que el mundo de la marginación presenta una casuística amplia y variada cuyas justificaciones tienen que ver también con inadaptaciones sociales y con el temperamento y psicología patológica de algunos bandidos: afán desmesurado de lucro, pasión amorosa enajenante, asentamiento en la ociosidad y libertad sin control…La adscripción a la nobleza o el disfrute de algún oficio burgués, en algunos casos, no empece el militar en este mundo. De esta manera, la figura mítica del bandolero se ve obligada a convivir a la fuerza con la del simple bandido y con otros personajes marginales que desmerecen de su imagen tradicional de “hombre bueno y piadoso”.

Modernamente, Joaquín Álvarez Barrientos y Pilar García Mouton (“Bandolero y bandido. Ensayo de interpretación”, 1986)

han dado cumplida información, en un erudito trabajo, sobre los términos lingüísticos y la realidad sociocultural que subyace en el mundo del bandolero. Según ellos, bandolero y bandido son palabras de diversa ascendencia que neutralizan su significado en el siglo XVIII, aunque mantienen una diferencia de matiz, en el que el segundo término adquiere un aire peyorativo de personaje antisocial y el primero acaba aceptando la imagen tópica de persona generosa y libre que le confiere la literatura, especialmente
en la época romántica.Éstas son sus explicaciones: “Bandido lleva en sí una carga de peligro para la sociedad, que se continúa en esa acepción de “persona perversa y desenfrenada” de la que no siempre participa el bandolero. Este último estará fuera de la ley, pero sus acciones delictivas no irán, al menos en la imagen que de él deriva y a la que él se atiene, contra el pueblo que lo admira por su defensa de unos valores populares y por lo que representa de rebelión. El bandido, en cambio, es capaz de robar y matar sin discriminación, a diferencia del bandolero, que es admirado, sólo será temido”.

Así pues, los banditi catalanes del XVI y XVII se conocían también con el nombre de bandolers (o bandolieri, como escribía Francesco Guicciardini en su diario de viaje a España). Al principio, los bandits (o bandejats) catalanes eran en realidad los bandidos o personas puestas al bando y los proscritos. Un bandoler era más bien el fautor de un bándol o facción; quizás un masnadieri feudal. Pero sucedía a menudo que bandolers y mesnaderos se convirtiesen en verdaderos y propios bandoleros y salteadores de caminos. Bandoler, por último, podía ser también sinónimo de “fante di ventura pieza de Tirso, se contemplan los complejos


o soldato spesso dedito coi compagni alle
scorrerie e al saccheggio”, como sucedía con la poco utilizada palabra de brigante en la Italia meridional de la Baja Edad Media.El bandolerismo, al menos en España, comienza a ser una auténtica preocupación a partir del siglo XVI, lo que no quiere decir que no existió con anterioridad. Se cuenta, de esta manera, que ya en tiempos de los romanos, Augusto puso precio a la cabeza, vivo o muerto, del bandido Caraccota, natural de Estepa. Dice la tradición que se presentó con gran valentía ante el emperador de quien consiguió los dineros de su propio rescate y el perdón de sus muchos crímenes, dando inicio así a uno de los tópicos genuinos de la mitología del mundo bandoleril. A los cuatreros de la Bética romana, contra quienes se creó el delito de abigeato, siguieron los golfines de la época visigoda. Los conocidos ladrones de ganado ampliaron su oficio hacia otros bienes materiales, sin que la Santa Hermandad, creada por los Reyes Católicos, fuera seguro suficiente.

Y es sobre todo a partir del siglo XVI cuando los eruditos han dedicado al tema una abundante atención. En cambio, no existe, que yo sepa, ninguna gran monografía que- profundice en el fenómeno a nivel nacional; tal vez la única que se aproxime a este concepto sea la que escribió en 1995 José Santos Torres, con el título de El bandolerismo en España: una historia fuera de la ley. Hasta ahora, las regiones mejor estudiadas han sido Cataluña y Valencia, sobre todo, después de los trabajos pioneros de Joan Reglá y J. Fuster (El bandolerisme cátala, 1962; y Joan Reglà (El bandolerisme catalá del Barroc, 1966), y su valoración reciente por parte de Xavier Torres i Sans (Els bandolers (segles XVI-XVII), 1991; y “El

bandolerismo mediterráneo: una visión comparativa (siglos XVI-XVII)”, 1999); el malogrado Sebastián García Martínez (Valencia bajo Carlos II. Bandolerismo, reivindicaciones y servicios a la monarquía, 1971; Bandolerismo, piratería y control de moriscos en Valencia durante el reinado de Felipe II, 1977; y Bandolers, corsaris i moriscos, 1980); y John Casey (El Reino de Valencia en el siglo XVII, 1983). También, en los últimos años, igualmente sin ánimo de agotar las referencias eruditas, se han incorporado a este panorama Andalucía y Murcia, con las investigaciones de P. Herrera Puga (Sociedad y delincuencia en el Siglo de Oro, Granada, 1971), o M. T. Pérez Picazo y G. Lemeunier (“Formes de pouvoir local dans l’Espagne moderne et contemporaine: des bandes au caciquisme au royaume de Murcie (XVe-XIXe siècle)”, 1989), respectivamente.

img84


     En el caso de Cataluña, el fenómeno comienza a tener importancia como factor social a partir del siglo XIV, en coincidencia con la depresión de la peste negra, y finaliza, en realidad, con la guerra de 1640. En este aspecto, ya a mediados del siglo XVI era sumamente difícil poder transitar de Barcelona a Zaragoza por la posta, en opinión de los cronistas de la época, debido a la abundancia de bandoleros que infestaban toda esa amplia zona, de suerte que debía realizarse el viaje, si se pretendía con algunas garantías de seguridad, en caravanas de hombres armados. En 1612 había en Cataluña más de diez cuadrillas de bandoleros, algunas de ellas de más de 100 hombres debidamente pertrechados. Este bandolerismo, por ser el más estudiado y, por tanto conocido, no debe dar lugar a equívocos tales como que Cataluña fue un territorio excepcional en cuanto a bandolerismo. En todas partes, en este siglo, y en el universo mediterráneo, como sabemos, existió este problema. El bandolerismo catalán, según explica su historiadora Victoria Sau (El catalán, un bandolerismo español, 1973), pasó por distintas etapas: el medieval está ligado a los bandos que mantuvieron los señores feudales en lucha por el dominio territorial; el de la época de los Austrias, que adquirió un cierto matiz de resistencia política; y el de los siglos posteriores, XVIII-XIX, que degenera abiertamente en simple bandidaje. Juan Sala y Serrallonga (1594-1634) fue su figura más celebrada.

Entre las zonas calientes del bandolerismo hispano hemos de recordar los Montes de Toledo, cuya céntrica situación en la península los convirtió en espacio estratégico y lugar de paso del bandolerismo trashumante o de quienes, perseguidos, querían acogerse al refugio portugués. Los nombres de Juan Antonio, Diego de Valenzuela,

Castrola y Farruco recuerdan la tradición de los “salteadores” que, nacida en el siglo XIII, pervivió en la región hasta finales del XIX.

Andalucía, sin embargo, pasa por ser tierra de bandoleros por excelencia. El atraso secular de la región y su organización social, basada en la concentración de la riqueza entre los dueños de latifundios, marcaron la existencia de un amplio proletariado agrícola, que favoreció el desarrollo de este fenómeno. Sierra Morena, las Alpujarras y la Serranía de Ronda han sido el área natural de muchas de estas gentes marginales hasta épocas bien recientes, visitantes asiduos de sus cuevas, ventas y ermitas. Aunque el mapa del bandolerismo andaluz afecta a casi toda su geografía, suele señalarse usualmente el triángulo formado por Cádiz-Antequera- Sevilla, junto al camino real que comunicaba con la capital del reino, como el más frecuentado por ladrones y salteadores. Ciertamente, no eran meras habladurías los rumores que corrían en los mentideros acerca de la alta categoría social de los patrocinadores y beneficiarios de los delitos, lo cual establece en verdad un nexo entre el bandolerismo andaluz y el catalano-aragonés, por otra parte en otros aspectos tan distintos. Pero hay un décalage temporal muy acusado entre ambos, ya que a mediados del siglo XVII el bandolerismo catalán estaba casi extinguido, mientras el andaluz incrementaba sus actividades. La inseguridad persistió a lo largo de la carretera Sevilla-Madrid, como lo demuestran las alusiones de la Casa de Contratación, que en 1652 pedía se ordenara a los justicias de los lugares que pusieran guardas cuando se anunciara el paso de conductas de plata americana. Y el peligro no cesaba después de trasponer los pasos de Sierra Morena. Alonso de Barrionuevo comunicaba a sus corresponsales desde la Corte en 1655:


“Todos los caminos están llenos de ladrones, particularmente el de Andalucía, donde andan de veinte en veinte y de treinta en treinta hombres a caballo, llenos de charpas con seis y siete bocas de fuego desde Tembleque a Ocaña corriéndolo todo”.

Fuera del camino real, al parecer la inseguridad se extendía por todo el triángulo delimitado por las ciudades de Cádiz, Sevilla y Antequera. El papel de Antequera como centro comercial y nudo de comunicaciones era de gran importancia; no sólo estaba en la ruta Cádiz-Granada sino que muchos, tanto contrabandistas como mercaderes honestos, atajaban por ella hacia el reino de Córdoba.

Así pues, las bandas andaluzas de bandoleros vivieron su momento de mayor esplendor entre los siglos XVII y XIX. Aún en la década de 1870 Julián de Zugasti, gobernador de Córdoba, hubo de someter al imperio de la ley a la delincuencia rural andaluza con la ayuda de la Guardia Civil, institución armada que había sido fundada en 1844. El propio gobernador Zugasti describió estos hechos, entre memoria y ensayo, en un estudio ya clásico e imprescindible: El bandolerismo. Estado social y memorias críticas (Madrid, 1876-1880, 10 vols.), que más tarde condensó el novelista aragonés Benjamín Jarnés, bajo el título de El bandolerismo andaluz (Madrid, 1934, 2 vols.). Hasta ese momento, Andalucía había proporcionado a la historia del bandolerismo hispano, entre otros, los nombres de Juan de Lucena, Pedro Andrés (el bandido arrepentido en la horca), Francisco Esteban, Juan de Arévalo, Pedro Romero, Diego Corrientes, los Niños de Écija, dirigidos por Juan Palomo…, todos personajes que forman la galería mejor surtida

de la España del crimen. Los montes de la zona levantina, desde Cataluña hasta Murcia, constituyeron otro de los refugios tradicionales del bandido
español. En este sentido, el Reino de Valencia fue un reducto histórico del bandolerismo. Ligado, originalmente, como en Cataluña, a las bandas organizadas por la nobleza en defensa de los particulares intereses señoriales, que habían nacido al amparo de los fueros, y después a los desarreglos sociales que provocó la expulsión de los moriscos, el bandolerismo se convirtió, por fin, en un fenómeno de delincuencia. Así lo estima James Casey rotundamente; dice: “Creo que el fenómeno del bandolerismo, que es un rasgo tan señalado en la sociedad valenciana del siglo XVII, alcanzó tanta gravedad porque contó con el apoyo de los sectores más poderosos. Si Valencia –concluye- se vio libre de revueltas políticas y sociales fue precisamente porque los criminales estaban a sueldo de las fuerzas más conservadoras y reaccionarias del reino, que utilizaban la violencia unos contra otros para consolidar sus posiciones de poder en la comunidad local”.img85
 


 

pag 120
amores entre Magdalena, hija del duque de
Avero, y Mireno, hijo del pastor Lauro,
amigo del pastor Tarso, criado por Lauro,
campesino llegado a la Corte y muy pronto
promovido al cargo de secretario de dicha
Dama. La diferencia de sus diferentes condiciones
sociales, los pone en la obligación
de inventar nuevos modos de hablar, expertos
en el arte de decir sin decir, en la utilización
del lenguaje del cuerpo, que encubren
un excesivo pudor o un injusto temor. Juntos
resultan dignos de la recompensa final: La
hija del duque de Avero puede desposarse
con Mireno, que ignoraba ser hijo del duque
de Coimbra y que se beneficia de la recuperación
de su progenie. Nada apunta aquí,
desde luego, a los recios fieros de Mireno el
bandolero, que caracteriza a nuestra acotación
escénica y que procede enteramente de
la primera parte de El Lucero de Caudete
Nuestra Señora de Gracia, un drama compuesto
por un ingenio anónimo hacia las décadas
centrales del siglo XVIII.
No sabemos si la obra pudo ser efectivamente
llevada a las tablas en su totalidad,
a la vista de la inusual extensión que alcanzaba
el libreto original, así como las evidentes
complejidades técnicas que se pueden
apreciar en su escenificación o si, por el contrario,
requirió también que su representación
se ajustara a unos límites más estrechos.
Como sea, lo evidente es el propósito de recuperar
con este acto uno de los aspectos
más caracterizados con que la Villa de Caudete
celebra, al menos desde 1617 la festividad
religiosa de Nuestra Señora de Gracia.
Consistía en la representación dramática de
la historia milagrosa de la ocultación y la
pérdida, con el posterior hallazgo de las Sagradas
Imágenes de la Excelsa Patrona y San
Blas Obispo, en la así llamada Partida de los
Comparte esto: